Un padre vale más que todo Google

Efectivamente, queridos amigos de la generación digital, los padres existían ya antes que Google.

Viñeta de Daniel Paz

Efectivamente, queridos amigos de la generación digital, los padres existían ya antes que Google.

Así que, por muy listo que sea éste último, nunca, jamás de los jamases, sabrá tanto como un padre.

Sobre todo porque la sabiduría que ellos tienen es muy especial. No la aprenden, la sienten, les sale.

Por cierto, si eres padre, ¿tú de qué tipo eres?

Un ejemplo extraido de la vida real: “Papá, ¿cómo puede ser que viviendo en un ático sin ascensor,  los Reyes Magos, con sus tres camellos y todas sus cosas, puedan subir hasta casa, entrar por la puerta y descargar los regalos sin que yo me despierte?

Que conteste a eso  Google. Seguro  que se sale por la tangente y te viene con lo de “Quizás quisiste decir…”

Un padre, no. Ellos tienen respuesta y solución para todo con tal de ver a sus retoños felices y contentos.

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El próximo 19 de marzo es el día de los papis (y los Pepes). Es la excusa perfecta para agradecerle toda esa sabiduría e ingenio y las cantidades enormes de  cariño diario que nos profesan.

Si te estás preguntando cómo hacerlo, te ayudamos con algunas ideas.

Si tu padre…

– Es como Google que lo sabe (casi) todo pero quiere seguir aprendiendo: regálale un curso.

– Desconoce  la diferencia entre el Shiatsu y el Reiki pero tiene claro que necesita relajarse: regálale mimos.

Le sale la adrenalina por los poros de la barba y no sabe qué hacer con ella: regálale acción.

 

Le sabe igual un Gran Reserva que un calimocho pero tiene inquietud por saber qué les diferencia: regálale gastronomía.

En esta ocasión está prohibido preguntarle. ¡Llevas sus genes, algo tienes que conocerle! Sorpréndele con alguna experiencia.

Y después… llévatelo a comer y a disfrutar de un espectáculo juntos. Escoger el restaurante adecuado para un padre y decdir adónde ir no es fácil.

Tal vez te sirva hacerte la pregunta: ¿Qué clase de padre tengo?

Lo cierto es que hay muchas respuestas a esta pregunta ?algunas basadas en rigurosos estándares psicológicos, otras inspiradas en los estereotipos que nos ofrece la televisión­?, pero difícilmente hay sólo una para cada padre y, además, necesariamente varían en función de cada situación.

Tal vez te gustaría que fuera Bill Cosby el 100% del tiempo -hay quienes aspiran incluso a bailar como él-, aunque veces acaban comportándose como Peter Griffin o Homer Simpson.

En cualquier caso, tal vez la finalidad última este tipo de clasificaciones sea servir de guía a la hora de encontrar el regalo más adecuado para cada tipo de paternidad. Así que aquí os dejamos algunas recomendaciones:

Padre responsable: o padre ocupado. Llega tarde a casa de trabajar, pues tiene altas responsabilidades laborales, pero aún tiene tiempo de informarse puntualmente de tus progresos y de brindar consejos sabios y bien razonados basados en la experiencia. Proyecta autoridad e infunde respeto, y aunque resulta algo impenetrable tiene su corazoncito.

Idea: seguramente, como figura paterna clásica, disfrutará de los clásicos como la ópera y la zarzuela, pero no hay que descartar que también disfrute con una buena sesión de jazz. Culmina la noche con una cena tranquila y deja que se sienta en su papel.

Padre niño: ser padre le retrotrajo a su propia infancia. Cuando eras pequeño, le hacían más ilusión que a ti los juguetes que te regalaba, y se conocía de memoria el color del vestido de todas y cada una de las princesas Disney. Aún hoy sigue tratándote como si tuvieras 8 años, con achuchones y payasadas incluidas.

Idea: id juntos a Port Aventura, pero sólo para montaros a las atracciones más salvajes. Luego, si el estómago aún os aguanta, id de copas y demuéstrale que el tipo de diversión que podéis compartir es algo un poco más adulta.

Padre muermo: todos lo son en algún u otro momento, pero éste es objetivamente un padre aburrido. Tiene poca imaginación y es amante de las rutinas. No concibe probar cosas nuevas, pues ya cree saber lo que le gusta. Necesita alguien que lo espabile, y nunca es tarde.

Idea: también los hijos tienen responsabilidades para con los padres: ábrele los ojos y sácalo de su ensimismamiento. Puede ser una cena-espectáculo, pero también una cena-bomba en un restaurante exótico combinado con uno de esos espectáculos de improvisación que le desmonten esos rígidos corsés mentales que lleva.

Padre enrollado: es una variante del padre-amigo, una modalidad que se ha llegado a considerar peligrosa en los últimos tiempos. Él también fue joven, y está decidido a demostrarlo. Desempolvará sus vinilos de los Rolling Stones o hasta Led Zeppelin, y hasta mostrará interés en tus discos de hip hop. Si no le paras los pies a tiempo, te enviará una solicitud de amistad en Facebook.

Idea: deja las cosas claras y marca las distancias: llévatelo a comer fuera de tu hábitat habitual, comparte un día con él con un buen espectáculo, tal vez algo de deporte, pero no dejes que las cosas se desmadren. Para ir de fiesta ya están tus amigos.

Padre sensible: proyecta sus inquietudes artísticas, intelectuales e incluso ecológicas en ti. No solo quería tener hijos, sino hacer un mundo mejor. Por supuesto, tú has aprendido a seguirle la corriente mientras intentas hacerle entender que ya sabes lo que te conviene.

Idea: es su día, ¿no? Así que se trata de complacerle. Id a ver algún documental, tal vez un espectáculo benéfico y cierra la noche con una comida sana. Que se sienta orgulloso de ti.

Al final, puedes seguir nuestros consejos o no hacerlo, pero lo importante es que recuerdes que este es  su día, así que sólo se admite una pregunta: ¿Papá, te ha gustado?