El Ombligo del Mundo (Te Pito O Te Henua)
Moai. Foto de @carolynscorpio en Flickr
Hay lugares en el mundo con los que uno sueña pero que cree inalcanzables… Y se equivoca. Esto es lo que me ha pasado a mí este año. ¡Así que nunca digas nunca!
Hace unos meses tenía un viaje planeado a Chile. ¡Eso ya es un gran viaje! Poco pensaba que después de cruzar el Atlántico me adentraría también en el Pacífico.
Lo hice, y volé hasta el lugar habitado más aislado del mundo: Rapa Nui (o como decimos aquí, la Isla de Pascua).
Aunque parezca un destino exótico y privilegiado, al alcance de pocos, no lo es.
A Rapa Nui sólo se puede llegar en avión o en barco, y por supuesto, el primer método es el más habitual, así que te recomiendo que mires vuelos a la Isla de Pascua. Hay pocos sitios desde los que se puede volar a la isla (Santiago de Chile, Lima y Tahití), pero el desplazamiento vale la pena.
Buf… Una emoción muy intensa. Sales del avión y el aire es muy cálido, muy húmedo. Un regalo muy especial. Me pasé dos horas saltando de alegría por todo lo que me hacía sentir ese lugar.
Lo demás, no se puede explicar. Lo práctico, sí.
Si no te puedes permitir los hoteles más lujosos, como una servidora, siempre puedes alojarte en una acogedora cabaña entre frondosas plantas tropicales. Por la mañana podrás desayunar los mangos maduros que caen de los árboles y disfrutar de uno de los sabores más característicos de la isla.
En cuanto a moverse por allí… ¡Con una bicicleta tienes más que de sobras! Aunque si no te gusta pedalear, siempre puedes recurrir al coche de alquiler.
Cráter de Rano Kau. Imagen de @magical-world en Flickr
Rapa Nui es un paraíso en la tierra, una pequeña isla situada en medio del océano Pacífico donde encontrarás a un pueblo polinesio con una cultura única. Allí te esperan paisajes increíbles, volcanes y Moais imponentes.
